viernes, 15 de febrero de 2013

Oremos por el Papa y por la Iglesia

Esta semana nos ha sorpredido a todo la noticia de la renuncia del Santo Padre a la sede de Pedro.
El sentimiento no puede ser más confuso, pues obedientes al que es Vicario de Cristo en la tierra no podemos dudar de que sea no sólo lo más sensato y sabio, sino que sea voluntad de Dios. Pero a la par nos sentimos huérfanos, porque perdemos un grandísimo Papa que ha sabido dar a la Iglesia un impulso de renovación desde sus fuentes más verdaderas.

Para la fiesta de san José quizá tengamos nuevo Papa. Quiera el Señor, por intercesión del patrón de la Iglesia universal, su padre José, que no deje de guiarnos con un pastor sabio, pero sobre todo, santo.

¡Viva el Papa!

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